Rafael Correa y su pelea con las redes sociales
El Jefe de Estado ecuatoriano parece no estar soportando las críticas que en internet hacen a su gobierno. ¿Qué medidas tomará?
No es un secreto que la relación entre el presidente de Ecuador, Rafael Correa, y los medios de comunicación de su país no pasan por su mejor momento, aunque esa ‘molestia’ se percibe sobre todo con los medios tradicionales como la radio, televisión y prensa escrita, ahora también se incluyen a las redes sociales, a las cuales Correa está decidido a enfrentarse por la criticas de satírica política que estas hacen a su gobierno.
“¡Cómo juegan con la verdad!”, “¡Cómo nos quieren ver la cara de idiotas!”, “¡Cómo defienden sus intereses y no el bien común!, declaró el mandatario, al mismo tiempo de ratificar su oposición a las redes sociales y comentar la necesidad una ‘política de control’.
El punto de atención se ha centrado en la página de Facebook Crudo Ecuador, especializada en memes y humor satírico sobre diversos temas, siendo el presidente Correa uno de ellos, razón por la cual el Jefe de Estado la acusó de formar parte de un complot en su contra.
Incluso llegó a advertir que iba a descubra al dueño o administradores de dicha fanpage. "Vamos a ver si cuando lo identifiquemos y sepan todos quién es ese tipo, ¡vamos a ver si es tan jocoso!”, mencionó en su programa radial y televisivo, Enlace ciudadano.
Sin embargo, a los administradores esto no parece preocupar puesto que consideran que dicha mención del Presidente ha tenido un efecto positivo en la exposición de la página, que recientemente reportó que ha ganado más seguidores: 315 mil en Facebook y en Twitter más de 15 mil.
El jurista Farith Simon de la Universidad San Francisco de Quito explicó para BBC Treending que lo sucedido se debe que al no estar regulado el uso de redes sociales en ese país (que sí ocurre con los medios de comunicación tradicionales) sirve como un medio para expresar todas las opiniones que en los medios ordinarios no se expresarían”, comentó.
El tiempo dirá si la censura del Gobierno terminará por imponerse a la libertad de expresión que debe existir en toda país que se jacte de ser democrático.