Windows 10 representa la apuesta más grande de Microsoft, ahora al mando de Satya Nadella, en materia de seguridad. Algunos ejemplos se pueden ver en Windows Defender que ahora tiene la capacidad de detectar en memoria los códigos maliciosos que no crean archivos y ajustar la sensibilidad de los archivos de exploración dependiendo de su ubicación o desde dónde se descargaron, lo cual puede mejorar la detección de nuevos códigos maliciosos.
Con Conditional Access se ofrece una solución de mayor potencia y con respaldo en la nube en lo que respecta al análisis del sistema operativo y comprobar la salud de las computadoras conectadas a la red, además de evaluar la integridad del software, lo cual no era posible con Network Access Control, la tecnología que la precede.
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Device Guard integra funciones de administración y características de hardware a Windows 10 que le permite a los administradores de sistemas bloquear los equipos de forma segura. El concepto es similar al de AppLocker, aunque como apunta Aryeh Goretsky, investigador de seguridad digital, Device Guard se aplica a través de Secure Boot y no está destinado a las computadoras de uso general.
También Microsoft Edge, el navegador que pretende sustituir en un futuro próximo a Internet Explorer fue creado para mejorar la seguridad ya que su código base simplificado implica menos vulnerabilidades de las que los atacantes pueden tomar ventaja.
Edge es una de las aplicaciones universales de Windows 10, lo cual quiere decir que se ejecuta en forma aislada, como si fuera en modo sandbox; estas técnicas junto con el cese del soporte para extensiones binarias como ActiveX y las mejoras en SmartScreen, hacen de Microsoft Edge un navegador más seguro que IE.
El tema de las actualizaciones es uno de los más importantes en Windows 10 ya que son obligatorias y en el caso de la versión Home éstas incluso son automáticas. En la versión Pro hay una opción para posponer las actualizaciones, pero es algo temporal y no está disponible cuando se tratan de actualizaciones con mejoras de seguridad. Ahora los administradores de sistemas y los usuarios en casa pierden un poco de control respecto a qué actualizaciones quieren aplicar y cuáles posponer.
No obstante, el manejo de Microsoft ha generado también inquietud entre sus usuarios ya que decidió no publicar detalles sobre lo que se soluciona en cada actualización, lo cual es visto como un mal manejo de privacidad y transparencia. Dicho esto, es muy probable que veamos más cambios en el sistema operativo en los próximos meses no sólo relacionados con corrección de vulnerabilidades sino también a la forma en la que se maneja la seguridad pues es importante que se ganen la completa satisfacción de los usuarios con el fin de cumplir la meta de mil millones de dispositivos con Windows 10 para dentro de tres años.
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