No es un secreto que Google siempre está en la búsqueda de nuevas tecnologías para ampliar su crecimiento, pero lo que poca gente conoce es que la empresa posee una especie de laboratorio “secreto” en el cual desarrolla sus proyectos.
Se trata de Google X Lab. También conocido como Google X, y está ubicado cerca de la sede corporativa de la compañía, Googleplex, en Mountain View, California, Estados Unidos. Según la firma, el objetivo del local es mejorar tecnologías y desarrollar “soluciones que parezcan de ciencia ficción”.
Desde el 2010, el laboratorio invirtió en diversos proyectos tecnológicos, algunos de ellos enfocados incluso en el área médica. Una de sus últimas iniciativas fue un estudio sobre los avances respecto al tratamiento de la esclerosis múltiple, razón por la cual se unirá a la firma farmacéutica Biogen Idec. a fin de estudiar las transformaciones de la enfermedad y saber cómo actúa en diferentes organismos humanos.
Google analizará informaciones de personas que sufren de esta enfermedad, que actualmente no tiene cura, y determinar así los caminos que esta toma antes de avanzar a otra etapa.
El mayor navegador del mundo también anunció que está trabajando en lentes de contacto inteligentes con chips, sensores y antenas, capaces de ayudar a las personas con diabetes a monitorear regularmente su nivel de glucosa en la sangre evitando posibles complicaciones.
La propuesta de Google es que esos lentes, con un pequeño sensor de glucosa y un chip wirelless, ubicados entre las dos capas del instrumento óptico, hagan el monitoreo una vez por segundo utilizando las lágrimas de la persona.
Asimismo, el mayor buscador del mundo busca desarrollar una tecnología capaz de ayudar en la detección precoz del cáncer y otras enfermedades complejas. Para ello, sus investigadores están detrás de la creación de nanopartículas magnéticas que, una vez en circulación en el organismo, “patrullen” el cuerpo en búsquedas de las células malignas.
Estos elementos tendrán un milésimo de extensión de un glóbulo rojo. El plan es construirlas en base de óxido de fierro y revestirlas con un material que facilite su movimiento así como la conexión con las células, y su inserción en el organismo se haría mediante la ingesta de una capsula.
El equipo de Google X también desea tener un elevador espacial aunque para ello necesite de un material altamente resistente. La solución fue encontrada: los nanotubos de carbono, pero es necesario esperar hasta que nuevas investigaciones logren construir un nanotubo perfecto de más de un metro de distancia.
Otro proyecto es el carro que se maneja automáticamente, el cual viene adquiriendo relevancia en los Estados Unidos. Por mencionar un ejemplo, un prototipo del vehículo funcionó recientemente en 225 mil km sin ninguna interferencia humana, en un trecho que implicó montañas, calles estrechas y vías de alta velocidad. El automóvil posee un sistema de direccionamiento que “mira” en todas las direcciones al mismo tiempo mediante cámaras, sensores laser y radares.
Google X también llegó a pensar en un sistema de distribución de compras, como el de Amazon, operado totalmente por hoverboards. Sin embargo, la física es una de sus barreras, hasta el momento, insuperable, ya que hoverboards no utilizarían estructuras que lo direccionarían a un único lugar (como los trenes equipados con el sistema maglev).
Los científicos también están intentando crear lo que sería una “bala inteligente”, que identificaría el objeto a través de infrarrojos y sensores especiales. Si el objetivo es diferente al fijado en el arma, la bala simplemente se pulverizará.
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