Viaje al fondo del mar. La infraestructura que conecta el mundo

Los cables submarinos son la principal vía que conecta el mundo a internet. Conoce más sobre esas infraestructuras en este post.

La próxima vez que estés mirando un video en YouTube y este se trabe o tu conexión caiga repentinamente, lo pensarás dos veces antes de culpar a tu compañía proveedora de internet. Los causantes de estos problemas pueden encontrarse a cientos de kilómetros en las más oscuras profundidades de los océanos, que afectan la verdadera infraestructura que nos conecta a internet, los cables submarinos.

Según datos, el 99% de las comunicaciones entre continentes se producen en forma de pulsos de luz bajo el océano. Son más de 900.000 km de cables submarinos que rodean nuestro planeta y llegan hasta los lugares más recónditos.

Con la cantidad de cables existentes en los mares se podrían dar 22 vueltas a la tierra por el Ecuador o realizar un viaje de ida y vuelta a la Luna. En otras palabras, estas vías funcionan como una suerte de autopistas que hacen posible nuestras comunicaciones internacionales o el intercambio de grandes volúmenes de información.

El proceso es rápido a diferencia de las comunicaciones vía satélite. Por eso, cerca del 90% del tráfico de internet circula a través de estos cables que unen los cinco continentes.

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Cables y más cables

La implementación de esta tecnología no es nueva. Comenzó en 1850 con la expansión del telégrafo y las intenciones de conectar Francia e Inglaterra, para cual se hizo un cable recubierto de cobre, pero que se rompió al primer contacto con las redes de un barco pesquero.

Hoy en día, se han realizado grandes despliegues de cables submarinos de fibra óptica, algunos con DWDM (una técnica de transmisión de señales), que permite enviar más de un señal a través de esa misma fibra.

SEA-ME-WE 3 es el cable más largo del mundo con 39,000 kilómetros de extensión, que parte desde Alemania y “toca” 39 puntos del globo hasta llegar a Japón y Australia. El SAM-1 de Telefónica, que ofrece 2Tbps, une EE.UU., Puerto Rico, Brasil, Argentina, Chile, Perú, Guatemala y Colombia, mientras que SEA-ME-WE 4 cuenta con una capacidad de 1.25 Tbps y une parte de Europa, África e India.

Como todo no es perfecto, estos cables, también se rompen o sufren daños. Se calcula que cada año se producen entre 100 y 150 averías de cables submarinos, el 75% de ellos se produce cerca de la orilla por actividades de barcos pesqueros, mientras que el resto se produce en la profundidades de los océanos por culpa de terremotos o fuertes temblores.

Sin embargo, no solo la actividad humana o la naturaleza representan un riesgo. Los peces y hasta tiburones también son los causantes de esas fallas, en parte porque se sienten atraídos por las ondas electromagnéticas que emiten los conductos.

Para solucionar los problemas, es necesario que las compañías envíen una flota de barcos distribuidos estratégicamente  para arreglar el desperfecto y podamos conectarnos a internet. Asimismo, empresas como Google ya han anunciado que recubrirán sus cables con kevlar, un material fino, pero ultrarresistente que se utiliza para fabricar neumáticos y chalecos antibalas.

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En la superficie y profundidad

Los peligros que afectan a estas infraestructuras también representan una amenaza para las personas. En el 2005 un terremoto dejó a Pakistán sin internet y comunicaciones durante días, y en el 2006, otro terremoto desconectó a Asia de todas partes del mundo, reduciéndose, sorpresivamente, la cantidad de spam en todo el mundo.

Los gobiernos de algunos países también se aprovechan de estas conexiones para espiar a otros.  Brasil tiene el objetivo de desplegar su propio cable para evitar que Estados Unidos o cualquier otro “pinche” en esos cables y vigile información secreta.

La infraestructura tendrá 5.600 kilómetros de largo y unirá Fortaleza (Brasil) con Lisboa (Portugal). Se espera que esté listo en el 2016.