Mini-CV Carlos Slim
Conoce la historia de Carlos Slim, el hombre más rico del mundo.
“Yo soy rico, soy sabroso” con esa frase se resume el hombre más rico del mundo, Carlos Slim. Tiene 74 años, vive en la misma casa desde hace más de tres décadas, viste el mismo tipo de ropa y, por supuesto, consume alimentos de sus restaurantes Sanborns. En el 2005 ingresó al club de los principales multimillonarios del mundo, y desde el 2010 encabeza el ranking de Forbes.
Admirado por muchos mexicanos, y detestado por otros tantos, este hombre nació en 1940 en el corazón de una familia de inmigrantes libaneses, se casó con Soumaya Domit en 1996, muerta tres años después y a quién Slim construyó un museo en honor a su memoria.
Slim, que gusta de trabajar en mangas de camisa, es lo contrario a varios magnates que pugnan por ocupar las portadas de las revistas de alta sociedad, es el principal accionista de telefónica América Móvil, que controla Telmes y opera en América Latina y Estados Unidos.
Pero no solo eso, también es dueño de Grupo Financiero Inbursa, que opera un banco, una casa de bolsa, una administradora de fondos de retiro y una aseguradora, sin contar que mantiene el control de sus empresas a través del Grupo Carso, uno de los conglomerados más importantes de México, que incluye al Grupo Condumex, PC Constructores, Swecomex, fabricante de plataformas petroleras. Numerosas cadenas de tiendas y de hoteles también forman parte de su fortuna.
Considerado el rey midas de las telecomunicaciones, tiene 79.600 millones de dólares, superando a Bill Gates, usa relojes Cartier en las versiones más sencillas, ha dejado el control de sus empresas a sus hijos, yernos y sobrinos, según dice, para que aprendan ellos mismos a manejar una empresa y a trabajar.
Tiene seis hijos y muchos nietos, le gusta el béisbol y dice disfrutar mucho de turismo ecológico. Asegura que los pobres necesitan trabajo, no caridad, y sirvió de inspiración para el surgimiento del libro “Los secretos del hombre más rico del mundo”.
Este hombre, cuyas fiestas transcurren al ritmo de la guitarra de Chamín Correa o la voz de su amiga Tania Libertad, ha dedicado millones de dólares a sus labores de filantropía, además patrocina equipos deportivos así como investigaciones sobre la hepatitis y el cáncer.
Slim surfea los ciclos económicos, compra en épocas de crisis y prospera en las alzas, es todo un genio aunque no sepa utilizar la computadora. Lo cierto es que Slim seguirá despertando, admiración y rechazo, pero no podemos negar que su nombre es sinónimo de éxito.